EL CRECIMIENTO DEL CHAD: CUESTIÓN DE EDUCACIÓN
Invertir en educación es invertir en las generaciones futuras y ayudarlas a que ayuden a sus comunidades de muchas maneras. En 2022, el Fondo OPEP aportó US$ 11 millones al sector educa- tivo de países asociados de todo el mundo. El desarrollo del sector educativo es muy prometedor para un país como el Chad, aquejado de innumerables problemas. El financiamiento de la educación, en parti- cular la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, conlleva muchas ven- tajas, desde inspirar la innovación y la actividad industrial hasta mejorar la atención médica y reducir la pobreza y las desigualdades. El Chad, país centroafricano sin salida al mar, es el penúltimo de la lista de 191 paí- ses del índice de desarrollo humano del PNUD. Los intentos por mejorar esta situa- ción siguen centrándose en la educación: la escolarización ha aumentado en todas las franjas de edad, y de las siete instituciones de educación superior que había en 2000 (que daban cabida a menos de 7.000 alumnos) se pasó a 140 en 2020 (unos 65.000 estudiantes). Con todo, dado que la mitad de la población es menor de 15 años, es necesario que las inversiones aumenten de un año para otro. En el sureste del país, cerca de la frontera con el Sudán, podemos encontrar un logro ejemplar. El Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología de Abéché (INSTA), fundado en 1997 en Ouaddaï, región de 750.000 habitantes, se ha convertido en referente emblemático de la labor gubernamental en los sectores de la educación superior y la investigación científica. La segunda fase del proyecto de expansión del INSTA, cofinanciada por el Fondo OPEP, el Banco Árabe para el Desarrollo Económico de África y el Gobierno del Chad, está contribuyendo a hacer realidad la estrategia nacional de educación, que tiene como objetivo aumentar la tasa de matriculación, impartir más capacitación práctica y técnica, adaptar los conocimientos al mercado de trabajo y mejorar las instalaciones. Gracias al préstamo de US$ 11 millones del Fondo OPEP, que representa casi la mitad del costo total del proyecto (cerca de US$ 23,5 millones), el número de téc- nicos graduados en biomedicina aumentará en un 50 % (los 400 que había en 2015 serán 600 en 2026). El proyecto comprende la construcción de un departamento biomédico, seis dormitorios de estudiantes, un comedor, edificios técnicos, zonas recreativas al aire libre y una planta de energía solar de 1 MW. Se prevé que estas mejoras beneficien a unos 1.300 alumnos y 100 profesores.
La financiación del Fondo OPEP mediante el proyecto de ampliación del Instituto Nacional Superior de Cien cias y Técnicas de Abéché es una iniciativa muy loable. El Ministerio ve en este proyecto un soplo de aire fresco que contribuye a las actividades realizadas por el Gobierno en el subsector de la educación superior y la investigación.
TOM ERDIMI Ministro de Educación Superior e Investigación Científica del Chad
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