OPEC Fund Annual Report 2023 - Spanish

02 | PERSPECTIVAS – ESTRUCTURA FINANCIERA DEL DESARROLLO

ESTRUCTURA FINANCIERA DEL DESARROLLO

Entre las numerosas opiniones divergentes sobre la modificación de la estructura financiera mundial del desarrollo, cada vez se coincide más en la necesidad impostergable de reformar de raíz el sistema actual. De hecho, los problemas son tan variados y los fondos necesarios tan cuantiosos que ya está en marcha una reconfiguración exhaustiva del financiamiento mundial del desarrollo. Al fin y al cabo, se trata de uno de los requisitos más importantes para asegurar un futuro, máxime si se aspira a alcanzar los ODS antes de 2030. En los últimos años, la estructura financiera mundial del desarrollo se ha transformado en gran medida y hoy, según la Secretaría de las Naciones Unidas , consta de los siguientes seis elementos principales, cada uno de los cuales presenta sus propias complejidades y conexiones con los demás: • los bancos de desarrollo y otros acreedores oficiales; • los empréstitos soberanos y la sostenibilidad de la deuda; • la red de seguridad financiera mundial; • la gobernanza económica mundial; • las normas y reglamentos del sistema financiero mun- dial; y • la cooperación fiscal internacional. Algunas de las principales agrupaciones de países, como el G7, reconocen que la reforma es indispensa- ble para el desarrollo sostenible y se han embarcado en diversos procesos transformadores. En septiembre de 2023, los dirigentes africanos apro- baron por unanimidad la “Declaración de Nairobi”, en la que por primera vez consensuaron una opinión sobre el cambio climático y las políticas climáticas, reclamaron la reforma del sistema financiero mundial y señalaron que los préstamos son ocho veces más caros en África que en Europa.

En cuanto entidad patrocinadora de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la ONU también subrayó la carestía de los préstamos. En una nota de orienta- ción publicada en mayo de 2023 9 se destacan otras desigualdades “arraigadas” de la estructura actual, como las diferencias colosales entre los países en cuanto a acceso a la liquidez, la enorme falta de inver- sión en bienes públicos mundiales y la volatilidad de los mercados financieros y los flujos de capital. Los países en desarrollo, en su afán por corregir estos desequilibrios, abogan por un aumento sustancial de la financiación del desarrollo y por la mejora de las condiciones de los préstamos para poder adaptarse al cambio climático y mitigar sus efectos, además de hacer frente a otros problemas conexos en materia de desarrollo. En este sentido, una cuestión clave es el “marco de adecuación del capital”, cuyo objetivo es que los BMD optimicen sus mecanismos para pres- tar más fondos sin poner en peligro su capacidad de movilizar recursos de bajo costo en los mercados de capitales, tarea que resulta más fácil cuando se osten- ta una sólida calificación crediticia. En 2022, tras examinar ese enfoque, el G20 publicó un informe 10 en el que se instaba a los BMD a aumentar su capacidad de riesgo mediante una combinación de reformas que les permitiesen conceder más préstamos y mejorar su evaluación de riesgos “para conjugar su tolerancia al riesgo con sus prioridades en materia de desarrollo”. Después, en julio de 2023, se publicó una hoja de ruta en la que se afirmaba que con un primer paquete de medidas podría generarse un margen de préstamo extra de unos US$ 200.000 millones en el próximo decenio.

Ese incremento contribuiría a reducir el déficit de financiación: en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los ODS de septiembre de 2023, la UNCTAD

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